CUENTA LA leyenda que nunca se le había visto tan triste, y por eso la gente comentaba entre sí: -¿Qué le pasa a Moctezuma Ilhuicamina? ¿Qué le sucede al Flechador del Cielo? ¿Qué tristeza le hiere?...Y nadie conocía su dolor sino solo él. Tenía una herida, no de flecha de batalla guerrera sino de amor, que se había convertido en amor propio. Amaba a la bella Citlalixochitl, pero el padre de ésta se oponía a la relación. En cierta ocasión, el guerrero llhuicamina y la bella Citlalixochitl se vieron a escondidas. Ella habló del temor al padre y él de su enojo. -¿Por qué ocultarnos? ¿Por qué ahogar nuestras emociones? ¿Qué mal hacemos con querer ser compañeros de vida?. Entonces Estrella-flor, con labios temblorosos pero voz serena, respondió: -No nos demos por vencidos, pero tampoco dejemos que nos ciegue el odio. Busquemos una solución, una salida. Mi padre se ha percatado sólo de los impulsos de nuestros cuerpos jóvenes, pero no conoce nuestros sentimientos. Tras ello, se encaminaron a la casa del padre para dialogar con él, y éste los recibió con recelo, y de ese modo les escuchó decir que deseaban unirse. Se lo dijeron con tal firmeza y claridad que el hombre no encontró otra salida. -Bueno, está bien, será lo que ustedes dicen; se unirán. Pero voy a ponerte una condición, llhuicamina. Puesto que eres guerrero y flechador, escucha bien: deberás clavar la punta de una de tus flechas en el mero corazón del cielo, deberás herirlo, tendrás que hacerlo sangrar. Cuando lo logres te casarás con mi hija-, y desde ese día, todas las tardes llhuicamina apuntaba sus fechas al cielo y le disparaba. El arquero estaba empeñado en encajarle una saeta y nunca lo logró, pero fue entre todos los flechadores el que más lejos lanzaba sus fechas. Un día se soltó una tempestad en plena sequía, y lo atribuyeron a las heridas que Moctezuma el bravo había provocado al cielo, y fue llevado en andas por sus adeptos, tan valientes como él, con el agua casi al cuello para que conjurara la tempestad, cosa que se logró cuando la tormenta amainó. Se dijo, entonces, que el Flechador del cielo no temía ni a los elementos, y por eso se atrevía a apuntar sus flechas a los luceros de Dios, y así logró el amor de su amada, porque lo importante, en realidad, era la perseverancia que lo convirtió en sucesor de Izcoatl en el trono de México, en pleno apogeo del imperio de los Mexicas. (No confundir con Moctezuma Xocoyotzin quien, tácitamente, entregó el imperio a los españoles).
Y USTED se preguntará ¿Por qué recurrimos a una leyenda azteca para ilustrar el tema de hoy? Muy simple. En tiempos del poderoso imperio morenista, seguramente, nadie en sano juicio se atrevería a confrontarlo, y menos cuando uno de los caciques provincianos es protegido del gran “Tlatoani” (término usado por los pueblos de habla náhuatl en Mesoamérica para designar a los gobernantes, los cuales eran elegidos por los nobles y elevados a la categoría de casi dioses entre una familia o dinastía de emperadores). Y en el reinado jarocho, donde pareciera no haber ley porque los consejeros tienen acotado al señor que dice gobernar uno de los territorios ubicados en el Golfo de México, ha surgido un moderno fechador del cielo que acaso consciente de que no podrá encajarle una de sus saetas al objetivo, seguramente disparará cada vez más fuerte hasta crear un escenario propicio que termine por llamar la atención del País, y en ese tenor -a sabiendas que el PAN y el PRI son, indiscutiblemente, necesarios para sacar avante el paquete económico 2020, las leyes fiscales y otros caprichos del gran Tlatoani-, ha decidido denunciar la inoperatividad del actual Gobierno de Veracruz y exigir juicio político contra Cuitláhuac García Jiménez por no haber logrado contener la violencia, por el contrario, Veracruz sangra ante la indolencia oficial sumando a diario el asesinato de mujeres, hombres y niños, secuestros de inocentes por los que piden millonarias sumas a cambio de sus vidas, robos, asaltos, extorsiones, toda esa descomposición que provocaron el derrumbe del otrora poderoso imperio Romano en sus tiempos de mayor gloria.
Y CIERTAMENTE, el PAN no tiene en el Senado los votos suficientes para lograr que se lleve a juicio político y a la consecuente destitución del Gobernador Cuitláhuac, pero si los votos necesarios para que se apruebe todo aquello que precisa al gran Tlatoani, López Obrador, y ello lo sabe Ricardo Monreal que en su reciente visita a Xalapa con motivo del informe de su homóloga Gloria Sánchez pidió a los veracruzanos “darle chance” al gobernador Cuitláhuac para recomponer el rumbo de Veracruz, pues “no sabía en lo que se metía cuando aceptó ser candidato” rubricó en medio de risas, pero “les va a dar la sorpresa”, expresó. “Hay que darle un tiempo prudente”, y evitó imponer un plazo para que se generen los resultados que demanda la Entidad para no equivocarse.
JULEN, EL moderno “flechador del cielo” sabe que Cuitláhuac cuenta con el apoyo de AMLO, y que difícilmente logrará su objetivo, pero no se trata de eso sino de negociar a futuro la aprobación del paquete económico, la nueva miscelánea fiscal que busca judicializar la evasión, uso de facturas falsas y de empresas fantasma como delincuencia organizada, ya que sin el consenso de PRI y PAN y otra oposición, el Presidente no podrá avanzar aun cuando tiene mayoría en el Congreso de la Unión. Sabe el mandatario nacional que su protegido no ha dado resultados en casi nada, y que son sus cercanos quienes toman las decisiones espinosas, como los secretarios de Gobierno y Seguridad, Eric Patrocinio Cisneros Burgos y Hugo Gutiérrez Maldonado (a quien AMLO podría sacrificar), porque le da flojera pensar, sentarse a arrastrar el lápiz, y por ello permitió que el oriundo de la cuenca pero avecindado en Baja California le impusiera a la Fiscal (temporal) del Estado, aun cuando existe un conflicto de interés al haber sido su directora jurídica, aunque en los hechos, tras la destitución de Jorge Winckler las cosas siguen igual o peor con tanta matanza impune, feminicidios que no se aclaran, asaltos en carretera, a casa habitación y robos con y sin violencia de vehículos, amén de desaparecidos o encontrados en fosas clandestinas. Veracruz es un infierno solo comparable con la obra escrita, producida y dirigida por Luis Estrada, y protagonizada, entre otros, por Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Ernesto Gómez Cruz, María Rojo, Elizabeth Cervantes, y Daniel Giménez Cacho.
JULEN SABE su cuento, y seguramente a la exigencia de juicio político de Cuitláhuac podrá sacarle mucho jugo, ya que el gobernante se encuentra posicionado entre los peores mandatarios del País, de acuerdo a la medición de diversas encuestadoras, aunque los defensores por interés de García Jiménez se rasguen las vestiduras y hasta se burlen de la propuesta de Julen sin ver más allá de sus apéndices respiratorios. Vamos, en una de esas, Rementería hasta se posiciona rumbo al 2024. El moderno fechador del cielo, mientras tanto, seguirá tensando el arco para lanzar, cada vez más lejos sus flechas. Al tiempo. OPINA carjesus30@hotmail.com
|
|