AUNQUE POCOS lo reconocerían porque, como siempre, los gobiernos inmersos en soberbia no aceptan yerros sino loas, lo cierto es que las represalias entre una administración que se va y otra que llega, sobre todo si pertenecen a partidos diferentes, han sido causa de muchos atrasos, porque sumergidos en venganzas se olvidan de lo elemental que es gobernar para la sociedad sin distingos partidistas, credos o tendencias –incluso, sexuales-, y no lo decimos por lo que está ocurriendo en Veracruz donde el caso Jorge Winckler-Miguel Ángel Yunes debe ocupar el 95 por ciento del tiempo –y pensamiento- del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez y de los más cercanos a su gabinete tratando de cuadrar cómo borrarlos del mapa político de cara al 2021 –y, posteriormente en 2024-, sino lo que sucede en el ámbito nacional. Y es que debe ser un desgaste espantoso acostarse y despertarse pensando en cómo causar el mayor daño al adversario, una obsesión enfermiza que se refleja en la sociedad, pues al ocupar las autoridades su espacio intelectual para la venganza, se olvidan de lo primordial, en este caso la seguridad, creación de empleos –tan necesarios y urgentes-, mejoramiento de la salud, fomento a la educación, atención al campo y a la juventud que de tan abandonada, encuentra espacios propicios en la delincuencia o la drogadicción –aun cuando les doten de becas miserables-, a tal grado que los gobiernos en funciones terminan por parecerse a los antecesores o a quienes tanto criticaban. No en vano el fallecido escritor húngaro, Sándor Márai solía decir que “Nunca son tan peligrosos los hombres como cuando se vengan de los crímenes que ellos han cometido”.
EL MARTES 17 este mes, el Senador panista, Julen Rementería del Puerto anunció que promovería un juicio político para destituir al Gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez “por su presunta responsabilidad en la espiral de violencia y la crisis política que se vive en la Entidad”. El veracruzano explicó que hay una grave situación en el Estado por el subejercicio del presupuesto público –lo que han corroborado los propios funcionarios de la administración “cuitlahueca”-, aunado a la mala planeación para combatir la inseguridad. Veracruz, dice Julen, “está en la desgracia política y económica brutal, con un subejercicio que ronda los 65 mil millones de pesos, sin ocuparse el 56 por ciento del presupuesto, cuando vemos que los hospitales se andan cayendo, y en el tema de seguridad ni se diga, somos referentes a nivel nacional con homicidios dolosos, feminicidios y el problema de los secuestros”, y aun sabiendo que es cierto, García Jiménez respondió montado en el respaldo que le dispensa el Presidente Andrés Manuel López Obrador: “Que lo intenten, son libres, no tengo ningún problema… ninguno, no me voy a amparar, y ellos están en su derecho. Qué bueno que vigilen a los gobernantes, es parte de su labor, yo no soy (Miguel Ángel) Yunes, ni (Javier) Duarte, no tengo cola que me pisen, soy académico, soy maestro, y estamos haciendo bien las cosas”, algo que a decir verdad, ni el propio gobernante se lo cree, engolosinado como se encuentra en llevar a prisión a Yunes-Winckler y colaboradores.
JULEN INSISTIÓ en que hay una “crisis constitucional” que pone en riesgo al sistema de justicia, por lo que hay razones suficientes para iniciar acciones legales para destituir al Gobernador García Jiménez. Se trata de restablecer el imperio de la ley, la normalidad democrática y la civilidad al Estado, exploramos dos vías: la desaparición de poderes y/o el juicio político. Veracruz merece vivir mejor, en legalidad y bienestar”. Y tal vez Cuitláhuac, con ese desenfado y ausencia de oficio político, solo respondió como si se tratara de una camorra personal, pero en el Senado de la República, aunque de mayoría morenista, saben que el conteo de muertos, secuestros, asaltos, robos, feminicidios, levantones, desaparecidos, fosas clandestinas y asesinatos de mujeres son más que suficientes para que instancias internacionales colocaran la mira en Veracruz como territorio de guerra, y acaso por ello el Senador Ricardo Monreal, que días antes había descalificado –en Xalapa- a Cuitláhuac, encendió luces de alerta y respondió del mismo modo argumentando que el Senado no puede ser un instrumento de golpeteo político, además de que, hacer uso de ese recurso lo único que demuestra es una “profunda ignorancia”. Y será “profunda ignorancia”, pero el zacatecano, por si las dudas, adelantó que iniciaría el mismo proceso para Tamaulipas y Guanajuato, por la situación grave de inseguridad que los aqueja.
Y DICHO y hecho: ante la insistencia del coordinador de Acción Nacional, Mauricio Kuri, que amenazó, incluso, con ir a instancias internacionales ya que Veracruz es un Estado fallido por la indolencia, falta de capacidad y constante violación al Estado de Derecho por parte de los legisladores locales de Morena y el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, el Grupo Parlamentario de Morena en el Senado solicitó este martes la desaparición de poderes tanto en Tamaulipas como en Guanajuato, pues consideran que en ambas Entidades la inseguridad y violencia es “grave”, ya que los índices delictivos y de inseguridad en ambos estados gobernados por el PAN están rebasados y sus gobernadores muestran “incapacidad”. En ese tenor, Monreal dejó en claro que “se trata de una solicitud normal frente a la solicitud de desaparición de poderes en Veracruz, por lo que, lo más correcto sería actuar con mucha prudencia.
Y EN esos líos donde se exhibe el proteccionismo a ultranza sin que importen las razones de la sociedad, Gobernadores –y ahora Senadores- pierden el tiempo inmisericordemente, mientras, ciertamente, los tres estados se debaten en ingobernabilidad, soberbia e indolencia, a tal grado que los grupos delincuenciales atomizados en cientos de partículas se reparten los territorios e imponen caos e incertidumbre. Tal vez lo más adecuado sería que los panistas le tomen la palabra a Morena y desaparezcan los poderes, ya sea en Tamaulipas o Guanajuato que para el caso, ni a cual irle, y el Movimiento de Regeneración Nacional acepte que en Veracruz ocurra lo propio, anteponiendo el legítimo derecho de los gobernados a una vida mejor antes que los intereses partidistas o de grupo. Porque al menos en Veracruz la situación es realmente grave con ejecutados a diario –pese a la nueva Fiscal que, hasta donde se sabe, la tienen revisando con lupa los expedientes inherentes a Yunes Linares y Winckler Ortiz antes que abocarse a complementar carpetas de investigación que le permitan solicitar órdenes de arresto contra presuntos delincuentes o, en el mejor de los casos, ejecutar las pendientes, y que de acuerdo al Gobernador García Jiménez, rebasaban las 150. El fiscal de origen oaxaqueño ya se fue, y que se sepa, la sucesora a modo “ni picha ni cacha ni deja batear”. Mientras tanto, el pueblo tendrá que chutarse un nuevo episodio de pleitos nacionales y locales, en tanto sus necesidades tendrán que esperar, pues al fin y al cabo, el pueblo es lo que menos importa. OPINA carjesus30@hotmail.com
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