DICEN EXPERTOS en humanismo que se corrompen quienes han puesto su dignidad moral en el mercado, o sencillamente siempre tuvieron como amos y señores deseos y apetitos más allá de las apariencias, y en ese tenor, hay quienes se venden por dinero, halagos, sexo o la envoltura de poder, que es falso, pues acaban siendo marionetas movidas por los hilos de sus propias debilidades. Por ello la honradez, aquí y en cualquier planeta, se cimienta sobre la ética personal, y el que es honrado no abusa ni de la confianza ni de la debilidad de los demás (a quien le venga el saco que se lo ponga). El Presidente Andrés Manuel López Obrador se ha definido a sí mismo como un hombre honrado, y ha precisado que el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez lo es también, y acaso por ello lo defiende en cada intervención durante sus viajes al Estado, aun cuando la filosofía moderna identifica como honrado a aquél que no hace nada contrario a las leyes de la virtud, al ser que se consagra íntegro a sus deberes y cumple con ellos con toda intención y por convencimiento formado ya de antemano. Bajo esa tesitura, el Gobierno de Veracruz acatará la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y pedirá disculpas a jubilados y pensionados que fueron reprimidos en 2016 por fuerzas de seguridad del Gobierno duartista al mando de Arturo Bermúdez Zurita, y el Gobernador García Jiménez deja en claro que si bien el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares aceptó la recomendación, no ofreció la disculpa a los agraviados, por lo que se pondrá de acuerdo con ellos para acordar la fecha, el formato y “vamos a dar la disculpa pública”, y rubrica: “Nosotros lo vamos a hacer, porque lo sucedido fue una violación y una represión a la libre manifestación”.
Y UNO se pregunta: ¿Eso convierte en honesto u honrado al Gobernador en turno? Vayamos por partes: los jubilados y pensionados a quienes pedirá disculpa pública son los mismos que desde Javier Duarte de Ochoa solicitan audiencia al, entonces, Gobernador, y que con Yunes Linares hicieron lo propio, y que cada jueves se plantan frente a Palacio de Gobierno para solicitar, rogar, suplicar la atención de García Jiménez, ahora investido en mandatario estatal y, tampoco los ha recibido, por el contrario, a hombres y mujeres de la tercera edad los policías de Palacio les cierran las puertas cuando intentan ingresar, sepultando el mito de que ese edificio es “la casa del pueblo” y, muy a pesar de que Cuitláhuac había prometido que todos tendrían acceso, pero la realidad ha desplomado el discurso, lo que le hace deshonesto, por más que ahora insista que pedirá a su brazo represor, en este caso, la encargada de despacho de la Fiscalía General del Estado (FGE), Verónica Hernández Giadáns que se tome el caso –de la disculpa- para dar con los responsables y exhibirlos públicamente, tal y como lo han solicitado los jubilados a los que no recibe ni en sus sueños más magnánimos. Dice, también la filosofía moderna, que: “Hombre de honor es el que sigue rigurosamente las leyes y los usos de la sociedad”, en tanto que un proverbio israelita sostiene: “El hombre sabio es aquel que busca instruirse con todos los hombres; el hombre fuerte, aquel que sabe quebrar sus deseos; el hombre rico, aquel que se contenta con su suerte, y el hombre honrado aquel que honra a los demás”, y acaso honrar a jubilados y pensionados sería recibirlos, escucharlos, abrevar de la sabiduría de los viejos, de los que han vivido experiencias que las nuevas generaciones deberían asimilar.
PORQUE, ESOS adultos mayores que ahora protestan ni siquiera piden las Perlas de la Virgen sino aquello que por derecho les compete, y que tres Gobiernos Estatales les han regateado, negándoles, incluso, el acceso a funcionarios frívolos que inauguran ferias, montan ridículamente a caballo, viajan con cargo al erario y se encierran en su burbuja de cristal a sentir que están en el Olimpo, allí donde moraban los dioses de la mitología griega, aunque habría que preguntarles a quién de todos ellos personifican, ahora, a Hades, el Dios del inframundo o el Dios invisible –o acaso todos-. Los jubilados y pensionados que ahora protestan desde el arranque de este Gobierno solo desean una audiencia para hacerle saber al Gobernador, de viva voz, el largo y amargo camino recorrido desde 2013 hasta la fecha, buscando que les paguen adeudos, entre otros, seguros institucionales, de vida y por riesgo de trabajo. Se los deben a nueve de ellos y el monto reclamado es por 6 millones de pesos, menos de lo que costó el grupo La Adictiva, por el que Gobierno del Estado pagó 6 millones 608 mil pesos para que amenizara la ceremonia del Grito de Independencia el pasado 15 de Septiembre. Los jubilados también demandan el pago de prestaciones laborales como aguinaldo, vacaciones, FORTE, día del maestro, rezonificación y bono de imagen a catorce asociados por un monto no mayor de 600 mil pesos que, en realidad no es nada, si se compara con los festejos patrios.
PORQUE, VEA usted. De acuerdo a lo publicado en Septiembre por el diario porteño Notiver, que tuvo acceso a los gastos, el Secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos habría presupuestado 14 millones 992 mil 089 pesos con 34 centavos para las celebraciones del domingo 15 de Septiembre, y en el desglose de la erogación, detalla que se gastaron 1 millón 297 mil 801.20 pesos solo para pintar el Palacio de Gobierno con los colores emblemáticos de Morena, y medio millón para pulir pisos y barandales del recinto, mientras que en material eléctrico se erogaron otros 236 mil 960 pesos; cita el influyente medio de comunicación, fueron: 386 mil 860 pesos en barnizado de puertas y barandales del Palacio de Gobierno. 648 mil 310 pesos en 74 toldos color vino, cada uno costó 8 mil 770 pesos. Casi dos millones de pesos en decoración para la verbena patria y la iluminación. 131 mil 950 pesos por salas tipo lounge, alimentos, vajilla, meseros y postres. 64 mil pesos por renta de baños. 367 mil en gastos de pirotecnia. 54 mil pesos para expo globos de papel. Y si no se dispararon más los gastos es porque el Gobernador, al trascender la información, ordenó cancelar cena y desayuno preparado para un día después.
Y UNO se pregunta: ¿Es honesto no pagarle a jubilados y pensionados lo que por ley les corresponde y, de paso, no recibirlos en audiencia, además de utilizarlos en una disculpa pública que solo tiene afán de lucimiento, aun cuando lo haya ordenado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos? ¿No sería mejor pagarles adeudos pendientes, y pedirles una disculpa por la tardanza pero, sobre todo, por la soberbia y altanería de no recibirlos pese a que se manifiestan cada jueves frente a Palacio, muy a pesar de que son personas de la tercera edad a quienes deberíamos respetar y atender?. En fin, cada cual con sus honestidades y honradeces usados como ropajes de cambio. OPINA carjesus30@hotmail.com
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