YA SE unieron en otro tiempo –para aprobar iniciativas necesarias-, y lo harán de nuevo si es necesario para atajar la fuerza avasalladora de Andrés Manuel López Obrador que representa al verdadero dínamo del Movimiento de Regeneración Nacional, actualmente confrontado por las ambiciones de poder de ciertas pandillas que desean apoderarse de la dirigencia nacional y, por consiguiente, de futuros cargos de elección popular, y mientras el canibalismo “de izquierda” devora las entrañas de MoReNa, algunos grupos de centro y derecha como los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional ya dieron muestras de que pueden convivir e, incluso, contender en alianza –como ya lo han hecho en muchas ocasiones- si quieren regresar al poder, y el escenario escogido para demostrar, al menos que en Veracruz si es posible una coalición entre esos institutos fue el informe del Senador panista Julen Rementería del Puerto que, para variar, se cortó el cordón umbilical que lo unía a la familia Yunes Linares-Márquez, quienes le regatearon la posibilidad de ser candidato a la Gubernatura que, finalmente, perdió Miguel Ángel Yunes Márquez aunque, a decir verdad, obtuvo una votación extraordinaria que nunca jamás otro aspirante –ni siquiera del PRI en sus mejores tiempos- había alcanzado, pero lo superó el arrastre de Andrés Manuel López Obrador que contra lo que se diga, habría ganado –además de la Presidencia- la Gubernatura hasta con un Folívoro o Filófago mejor conocido como “perezoso”, aunque las consecuencias de llevar al poder a inexpertos ahora se registran, pues como bien lo dice el académico y reconocido activista de la izquierda veracruzana y mexicana, Ernesto Fernández Panes, en Veracruz “hay focos rojos que ponen en riesgo la gobernanza y la gobernabilidad, dada la ineficiencia que hay en muchos rubros de la administración pública con gente incapaz e improvisada, sin oficio político ni experiencia”.
POR ELLO no fue extraño observar en el evento del panista Rementería del Puerto -en Boca del Río el pasado sábado-, la presencia del Senador priista Miguel Ángel Osorio Chong, coordinador del Grupo Legislativo del PRI en el Senado de la República; de la senadora Claudia Ruiz Massieu, ex dirigente nacional del PRI y sobrina de Carlos Salinas de Gortari; de la legisladora Federal, Anilú Ingram Vallines y de decenas de alcaldes del tricolor, aunque también acudieron el ex Jefe de Gobierno del DF y senador por el PRD, Miguel Ángel Mancera Aguayo; la Senadora panista Xóchitl Gálvez, y el Senador, ex Gobernador y dirigente del Movimiento Ciudadano, Dante Alfonso Delgado Rannauro, además de infinidad de alcaldes de Acción Nacional como el anfitrión, Humberto Alonso Morelli, además de Medellín, Acajete, Tlacojalpan, Tierra Blanca, Tres Valles, Cosamaloapan, Chacaltianguis, Jamapa, Catemaco, Acayucan y Acultzingo, y el independiente de Tlacotalpan, entre muchos otros. Lo que llamó la atención es que ninguno de los Yunes estuviera presente: ni Miguel Ángel Yunes Linares o sus hijos Miguel Ángel y Fernando a pesar de ser panistas, este último alcalde de Veracruz, como tampoco se vio a los priistas Héctor Yunes Landa, ocupado como anda en la conformar un nuevo partido Estatal con el que espera catapultarse ¡otra vez! a una diputación local en el 2021 y a la Gubernatura en el 2024, y mucho menos a José Francisco Yunes Zorrilla que sigue haciendo amarres para otra diputación local, cuando la mitad de los “tricolores” ya decidió emigrar decepcionados de la actual dirigencia Estatal pero, también, de los ex gobernantes de ese instituto.
JULEN, SIN duda, va en caballo de hacienda, ya que tiene de su lado a la nueva dirigencia Estatal del PAN encabezada por el “oscuro”, Joaquín Rosendo Guzmán Avilés que le jugó las contras a los Yunes Linares-Márquez, luego de que estos, a su vez, se la jugaron primero al “chapito”, lo que derivó en denuncias que destronaron al ya, para entonces, apoltronado José de Jesús Mancha Alarcón que tuvo que aceptar la celebración de una nueva elección para definir la dirección Estatal de Acción Nacional, pero como para entonces el Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez ya había dado el golpe certero a la familia del Estero arrebatándoles la Fiscalía Estatal, poco o nada pudieron hacer para evitar la estrepitosa caída de Mancha Alarcón, y con ellos los sueños de una segunda candidatura a la Gubernatura, de tal suerte que ahora, las de ganar la lleva Julen Rementería del Puerto en caso de darse una alianza favorable al “blanquiazul”, porque del PRI no se avizora a corto plazo quien pudiera dar la batalla. En suma, no hay precandidatos fortalecidos, salvo que surgiera en la elección intermedia un gallón de espolones probados que se quiera o no aceptar, va a estar como buscar una aguja en un pajar.
SIN DUDA, la convocatoria del senador panista –ex alcalde, ex diputado local y federal, ex Secretario de Infraestructura y Obras Públicas y ex funcionario Federal- causó un enorme revuelo, sobre todo porque su activismo en el Senado le ha permitido posicionarse como el más viable aspirante a la Gubernatura abanderado por el PAN-PRI, salvo que de último momento se impongan los enconos y termine divida la naciente alianza que ya se incuba, y que solo podría derrotar un abanderado morenista como el Senador con licencia y actual Administrador General de Aduanas, Ricardo Ahued Bardahuil, pues bastaría ver los votos que obtuvo como aspirante al Senado que fueron superiores, incluso, a los de Cuitláhuac García Jiménez a la Gubernatura, y eso que al ahora gobernante lo llevó de la mano el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
AHUED SE encuentra en estos momentos concentrado en dar buenos resultados al Presidente Andrés Manuel López Obrador, y vaya que lo logrará, porque es un hombre de retos pero, sobre todo, de honestidad probada. En Veracruz se le ve como el prospecto más firme para la candidatura a la Gubernatura, incluso, por la vía independiente si las rémoras que “gobiernan” el Estado intentaran atajarlo. Tiene luz propia, la gente le reconoce y valora como hombre de bien, luchador indiscutible por las mejores causas, atento y caballeroso, aunque, por lo pronto, Julen Rementería ya levantó indirectamente la mano mostrando músculo, y de no ser Ahued el abanderado de AMLO en 2024, el panista tendría la posibilidad de desbancar a Morena como partido mayoritario –sobre todo por los yerros del actual Gobierno que no acaba de aprender-, y si a esto se le suma el descontento ciudadano ante la ineficiencia, improvisación, falta de oficio político y de resultados de la administración de García Jiménez, pues todo indica que la llamada Cuarta Transformación ya tiene motivos para preocuparse en Veracruz –aunque a decir verdad, al Gobernador en turno no le preocupa nada, salvo la indiferencia de AMLO-. ¿Bola ocho?. Seamos serios. OPINA carjesus30@hotmail.com
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