Con solidaridad y respeto a Cuitláhuac García Jiménez, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, Ricardo Ahued Bardahuil y Rafael Hernández Villalpando
Una nueva historia está por escribirse, un paso atrás, por favor. Es momento sin duda de hacer una pausa y observar sin apasionamientos, lo que está sucediendo. Hoy, el Presidente tiene el país en la mano a pesar de los indudables errores y desaciertos cometidos, nadie puede cuestionar la validez del diagnóstico que, sobre la corrupción y los malos manejos de sus antecesores, realizó quién ahora ejerce la potestad que tanto anhelaba. La potestad que le permite hacer los cambios necesarios para tener un país mejor.
Cambios que, sin embargo, no han llegado.
Y que no parecen llegar pronto: la cuarta transformación no se ha tratado tanto de la búsqueda del bienestar común.
Una convicción que no atiende a la realidad. Un paso atrás, por favor: no se trata de preferencias partidistas, o de simpatías personales.
Pues bien uno de los actores siempre presentes en la actividad política, más que la mentira y la inclinación del político a recurrir a ella, lo necesite o no, es la realidad; si bien en ciertas ocasiones parece dar tregua, en modo alguno es permanente y siempre dura menos de lo deseable.
La realidad es, entre muchas otras cosas inoportuna; cuando el político menos lo esperas y más daño podría causarle, aquella suele aparecerse mostrando toda su crudeza.
Además de prescindir de todo afeite y maquillaje, llega para desnudar al mentiroso y ponerlo en su lugar. En consecuencia, la realidad es esquivada prácticamente por todo político y también, por muchos que se dedican a actividades que, las más de las veces, nada tienen que ver con la política.
¿ A qué se debe la inclinación que a veces raya en la insania de no pocos políticos al insistir, sin tomar en cuenta la exhibida que la irrespetuosa realidad les propina, en no tomarla en cuenta en su discurso? ¿ qué explica que hagan como que la virgen les habla, cuando la realidad frente a sus ojos exhibe, sin la menor misericordia sus burdas mentiras? La realidad pues, a querer y no es la compañera permanente e inseparable del político con quien comparte; por mas que se oponga, su más profunda y escondida intimidad; la realidad sabe todo sin limitación y sin eufemismo alguno.
Está confianzuda con el político, que a él se dirigen los términos más crudos y directos; todo formulismo y lenguaje comedido es dejado de lado para hablarse, entre ellos, como suele decirse coloquialmente: "A calzón quitado".
¿ Encuentra entonces lógico mentir, a sabiendas de que la realidad termina por hacerse presente, así fuere de manera burda o refinada? Repito aquí la pregunta que hice antes: ¿ A qué se debe la disposición del político a mentir y lo peor, aferrarse a su mentira por encima de la evidencia que la realidad aporta?
Hoy, la realidad está prácticamente al alcance de todos. Quien se dedica a mentir sistemáticamente por perversidad o ignorancia, no borra la realidad; menos la transforma, y sí agrava sus efectos negativos.
Fácil es para los ignorantes achacar a un fantasma, ser la causa de todo mal. Con esa visión pedestre para explicarse el mundo y su transformación de los últimos siete decenios, el desenlace obligado es la debacle.
¿Qué hacer? Desenmascarar a los charlatanes que buscan explicación ideológica, en vez de estudiar los problemas objetivamente; lo demás vendría por añadidura.
Sin duda AMLO ha dejado claro que la industria petrolera es uno de los ejes más importantes de su gobierno, si no es que el principal. Parece convencido de que el país se volverá más desarrollado y más justo socialmente en la medida en que se fortalezca el control Estatal sobre el sector energético.
El presidente informó de manera sorpresiva que quedaba desierta la licitación para edificar Dos Bocas, a la que se invitaron 4 consorcios extranjeros, mediante criterios que no quedaron claros, y que Pemex se encargaría de la obra.
AMLO se muestra dispuesto a jugarse buena parte de su capital político en sacar a Pemex del marasmo financiero en el que está. Es una tarea que se antoja hercúlea por el nivel de endeudamiento, rebasa los 2 billones de pesos y su tendencia a perder dinero en casi todas las operaciones.
AMLO insiste en que la refinación no implica contratar deuda nueva, algo que ya había prometido no hacer.
Lo que está claro es que el Ejecutivo Federal no ha movido sus piezas con tanta contundencia como lo he hecho con Pemex, la abollada joya de su gobierno.
Ya lo he comentado en este espacio, AMLO no considera que necesita que sus secretarios y su equipo de asesores sean sus " fusibles", que pueden prenderse o apagarse según las necesidades políticas del gobernante. Él es el pararrayos de todo lo bueno y lo malo de su administración y no tiene escudo que lo proteja, porque asume que es el Presidente teflón, que nada se le pega.
Ante la fortaleza de la personalidad de AMLO algunos dirían autoritario, el gabinete aparenta ser débil.
Pero esta debilidad del gabinete se traduce en que no hay nadie que le diga "no". Aunque amenacen con renunciar.
AMLO y sus secretarios invisibles. O tal vez inservibles.
Sun Tzu, el autor de la milenaria obra El Arte de la Guerra, comentó hace más de 2,500 años: "El qué sabe cuando puede luchar y cuando no puede, saldrá victorioso".
La caída de AMLO en las encuestas es significativa, pero aún mantiene un alto índice de aprobación de alrededor del 60%. Y bien dicen que la esperanza muere al último. Y es AMLO quien encarna esa esperanza de un mejor país, más justo y con mayor seguridad.
Muchos se niegan a pensar que se equivocaron al elegirlo, y desde luego se otorga el beneficio de la duda, aún cuando hay mensajes y actos contradictorios en su desempeño.
Se recortan presupuestos federales a rajatabla. El criterio es por porcentajes, no por funcionalidad. Hoy Conafor no puede con los incendios forestales.
Los recortes presupuestales terminan afectando a la población en servicios básicos como la salud. Y no cesan. Porque para financiar la deuda de Pemex y a la vez repartir recursos a la población a través de nuevos subsidios, no alcanza el presupuesto. Caen los ingresos al disminuir la actividad económica. Se invierte en refinación, cuando lo rentable es la exploración y explotación.
Pero dijo AMLO estos rubros no requieren de ciencia. Ahí está su video donde señala que sólo se debe hacer una perforación profunda y brota el petróleo sin tanta investigación.
Se debilita la participación social en programas de gobierno al prohibir entrega de recursos a ONG por ser "intermediarias" y consumir el dinero que debe llegar integró al beneficiario. Si el gobierno no puede, ni debe, atender todo problema, como los enfermos terminales, ¿ debe rechazarse el apoyo que organizaciones de la sociedad civil les brindan? Un estado fuerte debe contar con una sociedad organizada para alcanzar fines que mejoren la vida de todos.
En México casi el 70% del PIB lo produce la empresa privada. El gobierno sólo aporta un 30%. Buena partes por las empresas productivas del estado, hoy en peligro por inversiones riesgosas y poco rentables. El gobierno debe fomentar empleo e inversión, lo cual requiere de certidumbre, de certeza y reglas claras, de confianza. Permea la concepción de que la iniciativa privada toma ventaja de la promoción gubernamental. El Plan Nacional de Desarrollo no despega las incógnitas. Es más un manifiesto que un programa con líneas de acción para poder invertir en infraestructura, vivienda, turismo, educación, salud, servicios financieros o comercio.
La Cámara de Diputados revisa el PND y seguramente lo aprobará en junio.
Están tratando de colaborar para sugerir mejoras, al efecto realizan foros, reuniones y consultas, pero ese ejercicio que debió hacer el Ejecutivo, difícilmente incluida a todos los actores.
Algo podrá hacerse para ayudar si se consulta a los expertos, hoy tan devaluados.
Pese a todo, y como nadie desea que México le vaya mal, todos los actores tratan de entender la nueva lógica de la 4T. Ya hay nuevos beneficiarios de la misma con contratos adjudicados por miles de millones.
No hay grandes licitaciones y existe poca transparencia. Sin embargo; La esperanza está presente en el pueblo que con ilusión admira a su líder. El entusiasmo en el Gobierno Federal es tal que se toman apuestas confiando en que por ser el hecho de contar con el apoyo popular, los proyectos no pueden fracasar y se cumplirá con la palabra empeñada. No se admite la duda. Ni se cuestionan las decisiones.
Pronto nos dicen, el consumo interno se incrementará por las ayudas a grupos beneficiarios de programas sociales y se reactivará la economía. Todo marcha bien bajo esa óptica.
Dado que en abril se presentaron dos documentos ante la Cámara de Diputados, en términos reales hoy no sabemos cuál es el PND que el Gobierno Federal usará como guía durante el sexenio.
No cabe duda que muchas propuestas presidenciales son buenas, esperadas y loables. Ese discurso alienta el anhelo social de ver acciones concretas que permitan visualizar el cambio.
La gente espera que las palabras se traduzcan en hechos. De eso depende la confianza, la esperanza y el respaldo colectivos que seguirá teniendo el gobierno. La opulencia de unos al amparo del poder, y la precariedad de los más, marca y nutre la desigualdad y la injusticia, y alienta el ansia de un vuelco.
Sólo las grandes mudanzas culturales, procesos de larga duración, tienen el potencial refundacional de los Estados-Nación. Concretar el paso anunciado, daría sólidos cimientos a la 4 Transformación. La política real no es plana, sino pluridimensional. |
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