Con solidaridad y respeto a Rocío Nahle García y Ricardo Ahued
Bardahuil
La Ing. Norma Rocío Nahle García reiteró en Veracruz se trabaja diariamente para rescatar a migrantes en condiciones vulnerables con un promedio de 100 a 120 personas aproximadamente cada día. La migración es un fenómeno natural del ser humano. Hombres y mujeres siempre se han desplazado del lugar de origen para buscar mejores condiciones y oportunidades. Hoy, las migraciones forzosas están presentes prácticamente en todo el mundo. Sin embargo miles de personas tienen que abandonar sus hogares y tierras por motivos de violencia, guerra, pobreza, falta de oportunidades o debido al cambio climático.
A lo largo de las últimas décadas hemos visto cómo la migración forzada adquiere tonos de tragedia porque los derechos humanos de las personas migrantes no son respetados. En este contexto, México tiene relevancia debido a su situación geográfica, ya que es un país expulsor, de tránsito, destino y retorno. No podemos permanecer indiferentes ante las graves violaciones de los derechos humanos que sufren muchos migrantes, sin olvidar tantos mexicanos que también buscan pasar al otro lado. Un paso, un camino cargado de terribles injusticias: esclavizados, secuestrados, extorsionados, muchos son fruto del negocio el tráfico humano, de la trata de personas y el crimen organizado. Injusticia que se radicaliza en los jóvenes, ellos, carne de cañón, son perseguidos y amenazados cuando tratan de salir de la espiral de violencia y del infierno de las drogas. ¡Y qué decirte tantas mujeres a quienes les han arrebatado injustamente la vida!
Nada más revolucionario que leer, en especial, novelas (clásicas y modernas, pero bien escritas y estructuradas), ya que son la posibilidad de asomarse a un espacio que para autor o autora, es democrático, En el que confluyen voces distintas, incluyendo a quien lee.
En 2015, Donald Trump regresa a la Casa Blanca con un discurso recargado de miedo al otro marcando su revancha política tras la derrota de 2020. Este regreso no sólo predefine el panorama político estadounidense, sino que también expone una sociedad atrapada en un ciclo de alternancia entre narrativa supuestas: el miedo y la esperanza.
Su victoria plantea preguntas fundamentales: ¿Qué ha cambiado en las sociedades de su primera presidencia? ¿Por qué la narrativa de miedo al otro, que parecía desgastada en 2020, volvió a ser efectiva en 2024? Y, lo más importante, ¿qué decide este ciclo de alternancia sobre el estado emocional, político y cultural de Estados Unidos?
Desde 2016 Trump utilizó el miedo al otro como el núcleo de su mensaje político. En su regreso, esta narrativa no sólo se mantiene, sino que se adapta a las nuevas ansiedades sociales. Trump amplificó la narrativa de que los migrantes no sólo compiten por empleos, sino que también exacerban problemas como la escasez de recursos en un país afectado por fenómenos climáticos extremos.
Lo automatización y la inteligencia artificial, aunque representan avances tecnológicos, fueron incorporados en su narrativa, vinculándolas con pérdida de empleos y el deterioro cultural.
El regreso de Trump en 2025 releva profundas fracturas en el tejido social estadounidense, reflejando dinámicas complejas.
Estados Unidos necesita un discurso político que combine empatía con pragmatismo, abordando los problemas estructurales sin recurrir a la confrontación. Romper este ciclo requiere más que un cambio de liderazgo. Requerirá una reconstrucción profunda de las instituciones democráticas, un compromiso con la justicia económica y una narrativa que trascienda el miedo y la división.
Habiendo llegado ya el nuevo año, no deja de ser oportuno valorar, en la medida de los intereses propios y los comunes, cuáles son los aspectos más destacados, positivo uno y perjudicial el otro, de entre aquellos relevantes ocurridos durante 2024. Dicho lo anterior y antes de compartir nuestros buenos deseos, pertinente resulta también externar previsiones sobre lo que podría acontecer en este año.
Quizás el aspecto positivo más importante de 2024, sobre el que debemos externar orgullo y reconocimiento tiene que ver con el éxito obtenido durante el proceso electoral organizado y desplegado por el INE. Aún con la inconformidad atendible, relativa al uso de los recursos públicos con fines electorales, no puede pasar inadvertido el muy destacado resultado alcanzado el 2 de junio pasado, no sobre la abrumadora victoria partidista alcanzada por Morena, sino en relación con la oportuna y confiable intervención de las autoridades electorales, encargadas de administrar los recursos y dirigir la maquinaria institucional a la que la ciudadanía encomienda la captura, cuidado, conteo e información resultante de los votos expresados por cada mexicano cada 6 años. El hecho de seguir contando hasta ahora con un órgano constitucional autónomo encargado de velar con independencia, por la legalidad y autenticidad de la expresión política popular tratándose de la elección de nuevos representantes, significa, de algún modo, la conservación de los avances democráticos estados desde finales de los años ochenta.
Somos de los que creen que no debe haber pesimismo por el futuro lejano de México, pero de los que también aseguramos con objetividad que si debe haber cautela en el corto y medio plazo. Esperemos que todo cambie cuando realmente se termine el sexenio anterior.
Qué este inicio de año nos inspire a renovar nuestro compromiso con la protección de datos personales y a construir un futuro donde la privacidad sea un pilar de nuestra convivencia digital.
En otro orden de ideas antes de que existiese en México como tal, una escritora novohispana misteriosa, en pleno siglo XVII, incursionó en las letras universales, llamando la atención de Las Cortes peninsulares y locales por su talento poético y erudición, cuyos límites eran el conocimiento filosófico y científico de la época y las restricciones impuestas por la jerarquía eclesial y la estructura colonial.
Sor Juana Inés de la Cruz, poeta, dramaturga, polemista epistolar, cortesana, monja, escritora barroca, tejedora de versos perfectos de un erotismo platónico o de un simbolismo mítico, autora de los primeros textos feministas del continente americano, ronda la academia en aulas y centros de investigación literaria en Estados Unidos. Ahora viaja en Nueva York sin que la Border Patrol y los marines diplomáticos de Trump puedan impedirlo.
Sor Juana representa todo lo que Donald Trump detesta.
En el siglo XVII, Juana Ramírez de Asbaje, como mestiza en un mundo dominado por los criollos; como hija natural. En las Trompas de la Fe (1982), Octavio Paz, la compara con Mallarmé y plantea que, por su genio intelectual y su búsqueda de libertad en un contexto aprensivo, se enfrentó inevitablemente a los límites impuestos por el poder patriarcal de la Iglesia. Según Octavio Paz la renuncia de Sor Juana a los libros y a su sometimiento final no fue tanto un acto de obediencia sincera como un reflejo de la imposibilidad de resistir el peso del sistema colonial y religioso.
Sor Juana protagonizó problemáticas en su tiempo y provocó debates en su posterioridad.
Evocar la figura de Sor Juana, en 2025, además de llamar la atención sobre la fuerza cultural de México, histórica, vigente y bien representada por mujeres creadoras, expone una forma del poder blando en la penetración a Estados Unidos y, como coletazo, resalta la ausencia de un debate de ideas sobre ideas, hoy, en México.
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