Con solidaridad y respeto a Cuitláhuac García Jiménez, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, Ricardo Ahued Bardahuil y Rafael Hernández Villalpando Dicen sabiamente que hay que elegir las batallas y pelear sólo aquellas que podemos ganar. Los orígenes de los hombres son lo que son, los países al igual que las personas tienen ADN. Por eso no me extraña que para la cuarta transformación el hilo conductor que significa un proceso de recuperación mortal, no esté construido sólo sobre la base de la lucha frontal contra la corrupción o por lo menos el intento de hacerlo. Tampoco me sorprende que no esté construido sólo sobre la externalización de todos los secretos del Estado y el juego que cada una de las partes y los intereses involucrados en tener el poder en nuestro país han tenido en los últimos años. Ni está solo fundamentado en la glorificacion de lo que fueron las dificultades de la larga marcha del presidente López Obrador para estar donde está. Una muestra también de la honradez profunda es saber crecer de acuerdo con la evolución de los tiempos y en ese sentido me parece que es el momento de llamar la atención sobre algo. La polarización que le gusta el presidente puede dar el pulso y la tensión necesarios que el país avance hasta un punto. Aunque demasiada polarización puede provocar también el bloqueo, el miedo o la confrontación. De momento, que nadie se engañe, aquí no hay nadie protegido ni por esa saorosanta palabra llamada Estado, ni tampoco por el magma de la llamada seguridad nacional. Todos los días sale un pecado y todos los días surgen pecadores que de momento no se condenan, pero que naturalmente quedan permanentemente exhibidos. Hay una espada de Dámocles que pende sobre el país y está representada como las responsabilidades que se asumieron en el pasado. Lo que es importante es que además de las responsabilidades del ayer encontremos los resultados de hoy. Es importante saber que, ya que nadie le cuestiona, él tiene oportunidades no solamente de exhibir el máximo poder, que es el del perdón. Para lograr un crecimiento del 6%, es necesario extender la practicidad de la amnistía, el castigo o el perdón, pero, sobre todo, la definición de qué sociedad somos. Siempre he sostenido que estamos en otro tiempo. Entiendo que hay instrucciones precisas de investigar a fondo los grandes escándalos de corrupción para demostrar que si hay diferencia con lo que se hacía en el pasado. Hoy que por fin contamos con una Fiscal Especial Anticorrupción, sería el momento de dejar atrás las malas prácticas de inventar responsabilidades, a manera de " chivos expiatorios", atropellando el debido proceso y las garantías de presunción de inocencia, para aparentar que se persigue a los culpables. Esta columna cree que la verdad se esconde detrás de la oferta de información que nos ofrecen los medios de comunicación y las redes sociales. La imagen del mundo que se construye en los medios y en las redes no corresponde a la realidad material. La manera en la que los medios de comunicación presentan la información hoy cancela nuestras posibilidades de entender adecuadamente al mundo. Si bien sobra decir que las mentiras, la desinformación y la intención de torcer el significado de los hechos han existido desde siempre, lo que Craig Silverman descubrió fue la conexión entre redes sociales, algoritmos, sistemas de publicidad y de personas dispuestas a inventar noticias para ganar dinero.
El daño que las fake news han generado a la credibilidad de los medios legítimos sin duda ha sido considerable, y eso es muy grave. La velocidad a la que se desarrolló la tecnología para difundir mentiras fue mayor a la que creció la capacidad técnica para verificar la verdad. Y es que la forma en la que se generan las noticias en los medios tradicionales hace que se nos presente una realidad distorsionada. Muchas veces, las noticias en medios tradicionales están compuestas de eventos anómalos, estadísticamente improbables, escogidos bajo criterios subjetivos y que al final no tienen relevancia para la vida de la mayoría de las personas.
Estamos viviendo en uno de los grandes experimentos de la historia mexicana, en la que todos somos conejillos de indias. Estoy seguro que AMLO representa al "pueblo", en estos 4 meses de gobernar su estilo de Liderazgo incluye crear marcadas divisiones entre sus seguidores y los opositores, señalar a los neoliberales, a los conservadores, crear diferencias entre niveles socioeconómicos generacionales, diferencias entre religiosos y laicos, entre pobladores indígenas, entre los del norte, los del centro y los del sur, ni hablar de las diferencias entre ideologías políticas, señalar a los españoles, estadounidenses y franceses, entre los empleados y desempleados. Entre los fífis que asesinaron a Madero y el resto del pueblo que lo apoya. Entre los medios digitales y los tradicionales. "Nos urge un líder que tenga la capacidad de trabajar en un ambiente hostil, popular, pero no populista. Respaldado por un buen equipo de asesores, interesados en trabajar por el país y no por una candidatura. Buena presentación y manejo de medios. Que no tenga cola jurásica ni jurídica que le pisen. Experiencia política necesaria, indispensable, este país no soporta improvisados y no habrá entrenamiento ni capacitación". Carismático y pragmático, pero no loco. Buena salud mental, este puesto enloquece a cualquiera. Morena se construyó a ras de piso con cuadros de la vieja izquierda y una base amplia y disimbola reclutada en barrios, comunidades y centros de trabajo. La lucha, más que el estudio, fue la escuela política de sus militantes, básicamente de extracción popular o procedentes de la clase media menos favorecida. Denostadas por las élites blanqueadas, golpeadas por la derrota, resentidas con quienes siempre se salían con la suya, las bases morenistas adquirieron el temple y disciplina indispensables para asaltar el poder cuando flaquearon sus adversarios. Sin embargo, no estaban preparadas para gobernar, pocos lo habían hecho. Su experiencia y la falta de credenciales técnicas son notorias, más en las áreas estratégicas que requiere personal altamente calificado. La contundente victoria electoral generó expectativas muy altas acerca de la capacidad de gestión del nuevo gobierno, carente de los cuadros suficientes y habilitados para cubrir los huecos que dejó en la administración pública la reducción de salarios de la alta burocracia. Sin élites para el recambio, una suerte de irrupción plebeya marcó el arranque de la postulada Cuarta Transformación. Por lo pronto, los empresarios parecen dispuestos a jugar con sus reglas en el contexto del nacionalismo económico que postula el nuevo gobierno. En otro contexto, engullimos de un solo sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga. Esta columna cree que la propaganda busca persuadir para que se acepte una visión del mundo, una ideología. Utiliza mitos, símbolos e imágenes para manipular sentimientos. Es un proceso de aprendizaje que busca la información se traduzca en conocimiento y en la aceptación del mensaje. Repite el mismo bajo diferentes perspectivas y espera una
recordación y un consentimiento, ya que todo el mundo piensa lo mismo. La carta de AMLO dirigido al Rey de España y al Vaticano para que pidan perdón por los agravios cometidos durante la conquista y la colonia, más que un tema diplomático, es un asunto interno que busca despertar sentimientos, precisamente explotando mitos y símbolos, de nacionalismo, indigenismo y valores de la 4T. Reconciliar implica restablecer una relación dañada. El perdón, en términos diplomáticos implica el reconocimiento de una responsabilidad histórica, porque requiere disculpar una ofensa y es una renuncia a la justicia, tiene implicaciones políticas que desde luego son inaceptables para España. Aderezar el año electoral con esta Reconciliación es parte del discurso oficial, del nacionalismo, del indigenismo, del cambio. De un simbolismo, como lo utiliza con frecuencia AMLO, para a partir de éste construir una nueva identidad. El uso del mito para exaltar las pasiones es un principio de la propaganda en torno al proyecto de la 4T y el culto a su líder. Dice el diccionario de la Real Academia Española, siempre tan escueto que forjador o forjadora " es la persona que tiene por oficio forjar. Y de forjar dice que es " dar la primera forma con el martillo a cualquier pieza de metal". El diccionario Océano Uno coincide y agrega, como una aceptación de sentido figurado que forjar es crear algo con esfuerzo. Pero ya sabemos que los diccionarios tratan más de palabras que de vida ( aunque las palabras sean vida desde luego). Si las palabras no tuvieran alcance metafórico, ¿ Qué sería de ellas? ¿ y qué de nosotros, sólo con palabras de significado estricto? Porque forjador es el que forja, ya se sabe, pero lo que forja es lo que importa, a partir de que lo forja, como lo hace y hasta dónde puede llegar con lo que forja. México necesita más y más forjadores, mujeres y hombres con visión y capacidad de gestión, hombres y mujeres dispuestos a hacer que las cosas sucedan. Los forjadores creen siempre, fracasan continuamente y se renuevan una y otra vez. Suben por cuestas empinadas casi siempre oyendo a buenas personas de buenas intenciones que les repiten no se puede. Los forjadores saben ver más allá del alcance de los ojos, intuyen arriesgan, persisten, rectifican, avanzan, construyen! |
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