Con solidaridad y respeto a Cuitláhuac García Jiménez, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, Ricardo Ahued Bardahuil y Rafael Hernández Villalpando Una de las reacciones que más ha llamado mi atención desde hace años, es la que tiene nuestros legisladores, gobernantes y funcionarios de los tres órdenes de gobierno, así como dirigentes de partidos políticos y de los integrantes de esa numerosísima legion que es la Corrección Política. Todos ellos por encima de sus diferencias políticas e ideológicas, están hermanados en algo que a no pocos parecería inverosímil: su rechazo a toda opinión que no encaje, cabal y completamente en su manera de ver el desarrollo del país, si no son similares a la idea que tienen de lo que debe hacerse para modernizar nuestra economía, y poner al día nuestro vetusto y caducó andamiaje jurídico. Este rechazo automático y total se da, No únicamente frente a las posiciones que expresa este o aquel integrante del círculo guinda, o ante las que expresa algún academico fracasado devenido en comentarista de todo y de nada, sino que se extiende a lo que plantean organizaciones multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, o la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo y el Banco Mundial entre otras. Dicho lo último con otras palabras, diría que las únicas recomendaciones aceptables para ellos serían todas las que recomendaren mantener el status quo o de proponer cambios, para que fueren aceptados, deberían acrecentar sus privilegios, jamás reducirlos y menos aún, eliminarlos. Documentos de aquellas organizaciones multilaterales van y vienen y aquí, para decirlo claro, nadie los toma en cuenta; es más me atrevería a afirmar que ni siquiera los asesores los revisan, dejé usted que los estudian y busquen en ellos, elementos aplicables a nuestra realidad que hoy exuda atraso e ineficiencias en el uso de los recursos de todo tipo. Ante esa realidad, ¿ qué caso le hacen los atados en el primer párrafo, a las opiniones que emitimos algunos ilusos en los espacios mediáticos, cuyo único fin es tratar que las cosas mejoren? ¿ me creerías si le dijera que nos ignoran? Por eso, me río cuando dicen de alguien: Es un líder de opinión. Ahora bien: ¿ Qué hay en la mentalidad de nuestros políticos para proceder así? ¿ De dónde viene esa visión endógena, qué tanto daño nos ha causado desde hace varias décadas? ¿ En verdad piensan que, como México no hay dos? Como herederos pues de el Estridentismo,¿ Qué futuro ven para México? Sin duda alguna, AMLO está inventando o intentando inventar una nueva manera de explicar la comunicación política. La velocidad, la diversidad y la profundidad con la que acomete diariamente provocan que no exista cerebro humano que pueda seguirle sobre lo que significa la trascendencia de un hecho al otro. Lo importante y lo anecdótico se confunde y los análisis, dada la velocidad de los tiempos, resultan casi imposibles. A los políticos se les debe exigir que hagan política y de que encuentren caminos, es necesario recordar que más allá de los ecos y del aluvión de las palabras, lo más importante es la trascendencia de los hechos. Las perogrulladas son eso, perogrulladas. Pero tiene sentido invocarlas cuando los despropósitos son enormes. La historia no es un continuo ascendente hacia mejores estudios. La ansiada modernidad sigue pendiente. No se ha podido consolidar el Estado de derecho y las garantías elementales de seguridad para personas y sus bienes. Algo se ha hecho mal. Hay que
reconocerlo y no escamotear el problema. Porque así como es un disparate exigir una disculpa por el hecho fundamental de lo que llamamos México, es una locura atribuir al "neoliberalismo y sus vicios" todos los problemas que enfrentamos hoy. Cerrojo: un mal diagnóstico conduce a un pésimo remedio, que termina resultando peor que la enfermedad. La disculpa pedida sin humildad ni heroísmo, confronta. Encuentro mis razones para que los pueblos del mundo se disculpen unos con otros. Mil razones para que los varones pidamos disculpas a las mujeres, otras mil para que, como homo sapiens, nos culpemos con otras especies. ¿Imaginan un nacionalismo criollo abiertamente racista? Las democracia se sustentan parcialmente en preguntas sistemáticas. Pero no todo debe someterse a ellas. Todo orden legal tiene un contenido axiomático, de valores, Qué debe regir el comportamiento de gobernantes y gobernados. Sólo ciertos asuntos son sometidos a la opinión popular, nunca los principios. Un futuro brillante sólo llegará si nos pensamos como mexicanos todos, como mexicanos unidos. Esa es la síntesis que viene, a la que debemos apostarle.
Como lo mencioné en entregas anteriores, la lucha contra la injusticia no puede estar tenida y basada en la intolerancia. Decía Jacobo Rousseau que "los que distinguen la intolerancia civil de la teológica se equivocan; ambas especies de intolerancia son inseparables". Las mejores causas pierden sentido y fundamento si la intolerancia se convierte en una norma, en un sistema. Y eso se aplica tanto a la política y la religión como a las mejores causas sociales. Para hacer justicia debe haber un mínimo de transparencia. Durante siglos se quemó a mujeres porque el inquisidor en turno recibió una denuncia anónima acusandolas de brujas o herejes. Un acosador debe ser denunciado y juzgado, aunque sea en el tribunal de la opinión pública, pero debe haber una verificación de los hechos. Para eso se requiere tener un espacio de reflexión y de certificación de los mismos. Hoy nuestro país vive en un ambiente de intolerancia y polarización que, de seguir avanzando, nos hará un daño social irreparable, con heridas que tardarán décadas en cerrar. Retomo lo expresado en anteriores columnas, el 30 de abril cierra la convocatoria del Gobierno Federal para opinar sobre los términos de la Constitución Moral. El tema es harto polémico porque en cada una de las posiciones encontradas, hay fuertes dosis de razón; es tan cierto que la elaboracion de tal documento entraña peligros como el hecho de que la crisis moral, no sólo de México, es profunda. Nuestra cocina mexicana agobiada por incertidumbres y violencias propias, y por la ausencia de propósitos colectivos ante lo cual AMLO propuso, recurrir a la Cartilla Moral de Alfonso Reyes para actualizar valores colectivos, necesarios para una convivencia en la que haya tolerancia a la disidencia, se promueva la paz y se inhiba la corrupción. Alfonso Reyes sostiene en las primeras lineas de su Cartilla, que la moral es como una "Constitución no escrita, cuyos preceptos son de validez universal para todos los pueblos y todos los hombres. En ese nivel colectivo, tan general como el de un orden social aceptado, es clara la necesidad de compartir valores morales; las desmedidas expectativas acerca del sentido, objetivos y beneficiarios de la 4T hacen evidente, tanto la crisis como el anhelo social de valores de respeto, autoestima y propósitos comunes significativos".
Tales valores, en ese nivel societario general, no generan conflicto alguno con las preferencias personales de religión, sexualidad o cultura, ni con las diferencias étnicas o sociales, aunque si actúan como inhibidores éticos de conductas antisociales. El dilema a mi parecer, está en alcanzar una derivación moral de nuestra cultura que refrende los valores que nos identifican como mexicanos, sin que el gobierno confunda la promoción de la Constitución Moral con un derecho a convertir sus puntos de vista, ideas y valores en un deber para los demás. No es la primera vez, y estoy seguro que no será la última vez, que escribo que la nuestra es una Historia de Héroes cuyas figuras impolutas lucen esculpidas en granito o bronce; con sus frases memorables. Pero es también, una Historia de paradojas; la Conquista la hicieron, más que los españoles, tribus originarias de estas tierras, como la tlaxcalteca, que se aliaron a Cortés hartas de la opresión y los agravios de los aztecas; la Independencia la iniciaron y consumaron los criollos, es decir, los españoles nacidos en la Nueva España como Miguel Hidalgo y Agustín de Iturbide; la Reforma, católicos anticlericales, pero no antirreligiosos, y la Revolución, porfiristas como Francisco I. Madero y Venustiano Carranza. El México de esta época, moderno y global, cosmopolita y mundano, es racista y profundamente excluyente y que en nuestra historia los únicos indios enaltecidos son los muertos: Cuauhtémoc, " único héroe a la altura del arte", como escribió López Velarde, y Benito Juárez, el zapoteca nombrado Benemérito de las Américas por el Congreso de Colombia. Transcurridos casi 200 años de la consumación de la Independencia, lo que prevalece es un sistema profundamente injusto en el que miles de mexicanos permanecen en el último peldaño, explotados e ignorados, cómo lo denunció hace 25 años el EZNL en la Declaración de la Selva Lacandona. Lo que tenemos que hacer es asumir nuestras propias culpas, no de tiempos remotos sino absolutamente actuales: que en pleno siglo XXI los indígenas sigan siendo súbditos, no ciudadanos; que no sean sujetos sino objetos de la política y que, como señalaba Robert E. Scott, sigan cargando las rémoras de apatía, fatalismo, resignación, desconfianza y sentimientos de inferioridad, rasgos que algunos explican por la brutalidad de la Conquista y por la doctrina que les transmitieron los evangelizadores. En los casi 200 años transcurridos desde la consumación de la Independencia, gobiernos y sociedad bien pudieron haber construido una sociedad incluyente, en la que no los encontraramos pidiendo limosnas en las esquinas, explotados por caciques o muriendo de hambre en sus pueblos. Lo que sí puede hacer el gobierno es dar un vuelco y poner en el foco de su atención a las regiones más pobres, realizar inversiones que detonan el desarrollo de las zonas indígenas y marginadas, desplegar políticas públicas que atiendan esos enormes rezagos: fortalecer la educación pública como instrumento privilegiado para el ascenso social como lo está llevando a cabo el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez al presentar el Programa Estatal de Becas, el cual contará con un presupuesto de 71 mdp, el cual consta de 26 mil 500 becas dirigidas condiciones adversas, de 38 municipios catalogados con un alto grado de marginación, así como de pueblos o comunidades. "Más de 400 años de opresión racial dejaron sobre los pueblos indígenas una marca que la Revolución no pudo borrar", escribió Roger D. Hansen. Somos un país que discrimina: la apariencia indígena es un lastre para el ascenso social. Las páginas de sociales y los suplementos de fin de semana suelen ser una celebración ridícula a " la gente bonita", de tez blanca y debida fatua, que se la viven de fiesta en fiesta. Pero si una nación ha lastimado y robado a México es la vecina del Norte cuyos gobiernos
emprendieron guerras injustas que nos cercenaron más de la mitad del territorio, lanzaron invasiones y expediciones punitivas, y ordenaron el derrocamiento y asesinato del presidente Madero, orquestado por su embajador, Henry Lane Wilson. |
|